La hCG es la sustancia glicoproteica más grande (no nos gusta llamarla la hormona, véase más adelante) presente en los seres humanos.

Su molécula contiene más de 300 aminoácidos, y a pesar de que algunas de sus funciones han sido bien descriptas, muchas otras son poco conocidas. Una sus principales funciones es la de proteger el embrión del rechazo: genéticamente, el 50% del embrión pertenece al padre, y dado que estos genes en la madre actúan como un cuerpo extraño, el organismo podría rechazarlo. De hecho, cuando existe una amenaza de aborto, los niveles en sangre de hCG disminuyen abruptamente.

Durante el embarazo, y groseramente hablando, la placenta toma el control de casi todas las funciones metabólicas de la madre, y en cierto sentido, actúa como la glándula hipófisis. La hCG es una de las sustancias que regulan el metabolismo durante el embarazo.